domingo, 22 de febrero de 2015

EL PATRIARCA DE GUADALAJARA



        En la banda de los Razers, todo aquel que quisiera ser alguien debía obedecer al líder. Pese a parecer una banda como otra cualquiera, la experiencia de su cabecilla los estaba convirtiendo en una fuerza muy importante no solo en los barrios bajos, sino en toda la ciudad de Guadalajara. El jefe, Ernesto Dos Campos era un hombre mayor, de unos 50 años. Pese a parecer el típico cincuentón con su sombrero de paja, su camisa de manga corta azul con un botón desabrochado y pantalones cortos, su astucia y su fuerza estaban al mismo nivel que un joven. De hecho, controlaba el tráfico de heroína y anfetaminas de la ciudad, superando a los Zetas, los cuales pensaban negociar con él un acuerdo pacífico, con el que los Razers conseguirían armamento de alta gama como rifles de asalto y granadas, a cambio de un pago mensual del 30%  de lo ganado. Su habilidad para los negocios era casi insuperable. Pero si había llegado tan alto era por su fuerza. Desde joven vivió más en la calle que en casa, y tras meterse en una pequeña banda demostró poder dar pelea a cualquiera. No había perdido ninguna pelea limpia, y si alguno sacaba una navaja, él no tenía miedo de quitársela y dársela a su manera. Gracias a aquellas historias se había ganado el nombre de Pulso Férreo. Aún a sus 52 años da pelea a los más jóvenes y para poder ser un Razer debes de luchar sin miedo contra él y de manera limpia. Posiblemente acabes sangrando, pero él sabe que eso solo son pequeños golpes. Si deseas entrar en la banda, debes enfrentarte al dolor del patriarca Ernesto y salir por tus propios medios.

Javier Navarro.

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